Sociedad cubana, mayorías inclinadas a la vulgaridad???

Comparto con ustedes un artículo me resultó interesante. Tomado de http://acabaditodecolar.org/

Hace algún tiempo, un amigo me envió un artículo titulado “Cultura de la marginalidad”. Al leerlo, ratifiqué  mi preocupación por este fenómeno cada vez más palpable en nuestro país. Es sabido que la crisis económica que afronta Cuba hace muchos años es, sin dudas, un elemento de peso para la proliferación y desarrollo de estas tendencias que favorecen la cultura del “asere”, como la clasifica el autor del escrito antes mencionado

  Cada vez es más evidente la inclinación de los distintos sectores sociales y grupos clasificados por edades, sexo y cualquier otro criterio, a la cultura de la marginalidad. Botar basura indolentemente en cualquier lugar, escuchar la música a volúmenes insospechados tanto en transportes públicos, esquinas o cualquier otro espacio, el cultivo de la violencia como valor positivo y vía de resolución de problemas de convivencia con familiares, vecinos o simplemente con otros seres humanos. El deterioro del lenguaje donde la chabacanería es moda y la jerga motivo de reconocimiento. No podemos dejar a un lado el mal gusto a la hora de vestir, mientras menos tela mejor, llegando al punto que las mujeres se desplazan por la ciudad semidesnudas y los hombres otro tanto.

 La inclinación de las mayorías a ritmos musicales y más que a ritmos a letras sexistas, racistas, denigrantes, violentas y extremadamente obscenas. Muy preocupante también  esa satisfacción que parece encontrar en rallar, orinar, robar y destruir cualquier bien de uso colectivo.

 Todo esto me lleva a pensar en las posibles causas de este fenómeno. Sobre todo en un país como el nuestro donde supuestamente se han alcanzado niveles de instrucción y educación muy por encima de la media de nuestro continente. Siguiendo ese rumbo podemos decir  que contamos con un ministerio de cultura, un ministerio de educación, un ministerio de educación superior, 28 universidades, casas de culturas y un sin número de instituciones que tributan a la formación integral de los individuos como elementos aptos para la vida en sociedad y no como miembros de tribus con escasos recursos comunicativos.

 Sin querer ser amarillista y conociendo que esta involución social y cultural de las mayorías en Cuba es producto de diversos factores objetivos y subjetivos. Aun así, es incomprensible como tantas organizaciones, ministerios, etc.  tienen tan pobre impacto en la solución en cuestión. Alguien dijo una vez, “En los países sucede lo que los gobernantes le interesa que suceda, o al menos, lo que no les interesa cambiar

 A pesar de lo antes dicho exhorto a cada cubano a comprender la importancia del cultivo del intelecto y de las buenas normas de conducta, las cuales nos hacen mejores seres humanos y más aptos para aportar a una sociedad que ya bastantes problemas tiene para seguir padeciendo esa inclinación por lo vulgar.

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